martes, 26 de enero de 2010

Ajedrez.

Nunca pude aprender a jugar correctamente al ajedrez, aunque no tengo bien definidas las razones, quizás es por falta de un cierto nivel intelectual necesario para lograr entender las estrategias.
O por no poder tomar una actitud atacante.
En este juego es importante saber leer tanto al adversario como a cada uno de sus movimientos, y esa es una virtud que no poseo.
O un poco más complicado aún, es porque jamás pude mover a otro casillero, sin desasosiego, una pieza de mi vida, en éste tablero que es mi existencia.
Jamás pude adoptar una postura ofensiva y tomar las decisiones que se llevan al mundo por delante.
Y nunca encontraré tal pureza en un ser humano, que con solo mirarlo a los ojos pueda desnudar su alma y entender hasta la más recóndita y oscura de sus acciones.
En realidad no tengo la certeza de cual es mi impedimento, pero de lo que estoy seguro, es que si la vida es un juego, jamás aprenderé a jugarlo.
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Cambio y fuera.

lunes, 25 de enero de 2010

Esperemos.

Si es verdad que aquella vez nos cruzamos con la suerte,
esperemos no atropellarla con inexperiencias.
En éste posible vuelo entre nubes blancas,
esperemos desatar la tempestad sin teñir de gris el cielo.
Si inevitablemente la lluvia moja nuestras expectativas,
esperemos mostrar la valentía de sólo echar a reír.
Si la sorpresa le gana a la calma,
esperemos lo inesperado para sólo maravillarnos con el día a día.
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Cambio y fuera.